sábado, 20 de agosto de 2016

Oropéndola europea: un destello amarillo entre la fronda verde / Eurasian Golden Oriole / Loriot d'Europe

Oropéndola macho posada en un fresno. Parque José Antonio Labordeta (Zaragoza). 07/07/2016
El plumaje de la oropéndola (Oriolus oriolus) es uno de los más vistosos que podemos ver entre las diversas especies de pájaros que pueblan la ciudad. Como sucede en la mayor parte de las aves, los machos son los que presentan una librea más llamativa, con una coloración general de un amarillo muy vivo contrastando con el negro de las alas y parte de la cola. En las hembras y ejemplares jóvenes o inmaduros, el amarillo es sustituido por un verde amarillento mucho menos vivo y presentan partes inferiores blanco sucio salpicado de listas más oscuras.

Oropéndola con plumaje "tipo hembra". Soto de Ranillas (Zaragoza). 02/08/14.
Pero a pesar de su plumaje deslumbrante y de su tamaño relativamente grande (similar al de un mirlo), no es fácil ver una oropéndola al descubierto. Por lo general no abandonan el espeso follaje de las copas de los árboles y los contactos visuales suelen ser breves y fugaces, por ejemplo cuando vuelan de un árbol a otro. Afortunadamente su potente canto aflautado, que se puede escuchar aquí (Thijs Fijen, XC107226. Accesible en www.xeno-canto.org/107226.), delata su presencia entre la espesura arbolada. En algunas comarcas aragonesas se le llama "martín torero", nombre onomatopéyico que remeda su voz más típica.

Otro macho fotografiado a gran distancia en el Soto de Ranillas (Zaragoza). 02/08/14.
La oropéndola europea pertenece a la familia Oriolidae, que agrupa unas treinta especies de oropéndolas distribuidas principalmente por las regiones tropicales o subtropicales de África, Asia y Oceanía, siendo la única especie de la familia que cría en Europa aunque pasa la mayor parte del año en el África subsahariana.
Su periodo de presencia en el valle del Ebro abarca desde abril hasta septiembre. En la ciudad de Zaragoza no es rara en los sotos ribereños de los ríos Ebro, Gállego y Huerva, pero tampoco falta de otras zonas arboladas como los pinares de Torrero-Venecia.
En estas fechas, concluido el periodo de cría y a punto de marchar hacia sus zonas de invernada en África, puede resultar más fácil observar la actividad de las oropéndolas, lo que me dio la oportunidad de grabar este vídeo de un macho que arreglaba su plumaje sobre un fresno a orillas del Huerva en el parque José Antonio Labordeta de Zaragoza.

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